
"Cómo
debe evaluar los aprendizajes
un Docente
Tecnológico"
¿Qué es evaluar?
Una
verdadera evaluación en cualquier grado, requiere tener como objetivo valorar
la auténtica formación de cada estudiante. Por lo que la evaluación buscará ser
contínua, integral, sistemática y participativa.
Todo
Docente debe evaluar: conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes. La
evaluación de los contenidos requiere ser distinta en cada asignatura, pues
tiene que estar acorde con el tipo de contenido que se quiera evaluar.
En
relación a los contenidos
Conceptuales:
deben evaluarse de acuerdo al grado o nivel de profundización que se quiera
alcanzar.
Las
actividades propias de la evaluación para este tipo de contenidos son
Observación
del uso del concepto en diversas situaciones.
Ø Debates.
Ø Diálogos.
Ø Resolución de problemas.
Procedimentales:
Los contenidos procedimentales se refieren al saber hacer. La evaluación de los
contenidos procedimentales consiste en verificar el dominio de la habilidad en
la práctica. Se evalúa a través de la observación sistemática en actividades
hechas en clase.
Actitudinales o de Valores
y Actitudes: la evaluación de los contenidos actitudinales está compuesta por
elementos cognitivos, conductuales y afectivos. Por lo tanto su evaluación es
compleja. Los problemas en torno a este aspecto son:
La valoración del profesor puede ser
subjetiva, debido a sus posiciones ideológicas.
Existe poca tradición
práctica en la evaluación de actitudes, por lo que se cuestiona la necesidad de
evaluarlos.
Se recomienda para
realizar la evaluación de este tipo de contenidos:
Observar el comportamiento
de los alumnos en forma sistemática.
Observar el comportamiento
de los alumnos en diferentes situaciones grupales.
Cabe resaltar que hay que
aprovechar las situaciones difíciles y los momentos de conflicto para evaluar
las actitudes.
Debemos preguntarnos lo siguiente
al trabajar este contenido con los estudiantes:
¿Qué podrán o deberán
aprender los estudiantes sobre comprender a otros y/o interactuar con ellos al
finalizar esta asignatura?
¿Qué
sentimientos/intereses/valores espera que adopten los estudiantes a lo largo de
su asignatura?
¿Qué podrán o deberán
aprender los estudiantes sobre sí mismos al finalizar esta asignatura?
Enfoque Tecnológico de la evaluación
Enfoques
curriculares
Con el afán de realizar un análisis general
del enfoque técnico o tecnológico, se tratara de explicar propiamente el
enfoque, así como se abordaran sus principales características, sus ventajas y
desventajas dentro del sistema educativo costarricense.
José Rafael Calderón Méndez
B01186
Habilidades del Docente Tecnológico
Cuando los Docentes
hacemos uso de la tecnología en prácticas docentes logramos generar un ambiente
diferente de modo que tendremos mejores estudiantes y futuros profesionales.
Dentro de las herramientas
que podemos utilizar para la adquisición de conocimientos de los estudiantes en
desarrollo de sus actividades diarias tenemos:
Cuadernia, Prezzi, Power
point, Edilim, Videos de YouTube, Creacion de videos, portales
educativos, el Portal Educando entre
otros…
LAS TECNOLOGÍAS EMERGENTES Y SUS RETOS
EDUCATIVOS
Rosa Mª
Rodríguez Izquierdo
Universidad
Pablo de Olavide (UPO)
“The
world is moving at a tremendous rate. Going no one knows where.
We
must prepare our children, not for the world of the past. Not for our world.
But for their world. The world of the future”
John Dewey
Resumen
Hoy en día, no cabe ninguna duda de que
las tecnologías emergentes de la información y la comunicación están llamadas a
modificar profundamente la docencia. Pero para que ello suceda, para que los
cambios no se queden en una mera alteración del soporte, habrá de producirse
una autentica revisión del uso pedagógico que actualmente se les está dando.
Este trabajo trata de responder a algunas
cuestiones: ¿Qué son las tecnologías emergentes? ¿Cuáles son las tecnologías
emergentes que se están desarrollando hoy en el mundo educativo? ¿Cuáles serán
los retos pedagógicos claves relacionados con la docencia, el aprendizaje y la
expresión creativa que tendremos que afrontar en el futuro próximo?
La comunicación plantea la tensión entre los
desarrollos tecnológicos y las aplicaciones pedagógicas y, en ella se exploran
algunas de las razones que justifican que la innovación didáctica no avance a
la misma velocidad a la que lo hacen los avances tecnológicos. Sin duda, se
trata de un trabajo proyectivo que se asienta en una labor empírica de revisión
y análisis de la literatura más actual sobre este tema. En definitiva, la
comunicación tiene por objetivo, intentar desarrollar el “estado de la
cuestión” de la utilización pedagógica de las tecnologías emergentes en
educación, tratando de identificar las cuestiones claves en la investigación y
sugiriendo algunos puntos de avance. Se concluye que el reto no es la
tecnología sino la pedagogía que camina a remolque de los desarrollos
tecnológicos actuales que lo hace a mayor velocidad.
¿Qué son y cuáles son las tecnologías emergentes?
Para esta
parte del trabajo, mi exposición se basará en un informe denominado “Horizon 2011” que emana del “Proyecto
Horizon[1]”
del “Nuevo Media Consortium” (NMC)[2].
Un proyecto que se inició en 2002 y cuya labor es identificar, cuantitativa y cualitativamente, las tecnologías emergentes que probablemente tengan un fuerte
impacto en la docencia, el aprendizaje, la investigación y la expresión
creativa dentro de las organizaciones dedicadas a la educación.
El informe
Horizon entiende por “tecnología
emergente” aquellas herramientas informáticas clave que además de
utilizarse hoy, prometen un crecimiento importante en los próximos años. Bajo
este paraguas, el proyecto Horizon engloba innovaciones de distinta naturaleza
que están transformando las formas de pensar y de actuar con TIC, entre otras,
destacan: a) Los recursos tecnológicos para la educación en general, b) Los
recursos para la atención a la diversidad de manera especial, c) Las nuevas
formas de promover y garantizar la igualdad de oportunidades, d) Los nuevos
métodos de comunicación, e) Los novedosos marcos de referencia en la relación
usuario-profesional, f) Las guías de procesos de valoración.
En cada edición del informe Horizon se identifican seis tecnologías o
prácticas emergentes cuyo uso probablemente se generalizará en un periodo de
uno a cinco años. Asimismo, se presentan tendencias y retos críticos que
tendrán un efecto en la docencia y el aprendizaje en este mismo periodo de
tiempo. Las tecnologías emergentes objeto de estudio en el 2011 son las
siguientes: a) A corto plazo (próximos doce meses): entornos colaborativos y
medios sociales, b) A medio plazo (dos a tres años): contenidos abiertos y
dispositivos móviles, c) A largo plazo (cuatro o cinco años): realidad
aumentada y web semántica. En esta comunicación no habrá espacio para abordar
los retos que suponen todas ellas así que nos centraremos en los retos a medio
plazo, y en particular; los que nos llegan de los dispositivos móviles.
Entre las tendencias claves reseñadas por el informe Horizon está la
"descentralización" del conocimiento y de las infraestructuras, el
aumento de los procesos colaborativos y la necesidad de conectividad
permanente. Los retos críticos continúan siendo: la necesidad de la formación
de docentes y estudiantes en el uso de los nuevos medios así como la capacidad
de mantener el ritmo frente a la avalancha de información y nuevos dispositivos
y herramientas. Sumados a estos retos también figuran la falta de medidas
adecuadas para evaluar las nuevas formas de investigación y publicación y la
presión de los nuevos modelos docentes sobre el modelo tradicional de las
instituciones educativas. Tal vez como manifiestan
Thomas y Seely (2011) el problema está más que en las instituciones eN sí
mismas, en nuestra teoría del aprendizaje.
Según estos autores, estamos atrapados en un modo en el que estamos
usando antiguos sistemas de comprensión del aprendizaje para tratar de entender
nuevas formas de aprender, y parte de los resultados es que nos estamos
perdiendo algunos datos realmente importantes y valiosos.
Del e-learning al m-learning (aprendizaje electrónico móvil) y al
m-education
En este apartado nos
centramos en las tecnología móviles como una de las tecnología emergentes que
plantea el paso del e-learning al m-learning y nos preguntamos ¿Qué aportan las
tecnologías móviles (m-tecnologías) con respecto a las estrategias de
e-learning (m-learning)[3]
para la educación? Armastas et al.
(2005, 27) sostienen que "las tecnologías móviles no pueden ser ignoradas
como parte de la combinación del e-learning (…). El m-learning es el arte
apasionante de la utilización de tecnologías móviles para mejorar la
experiencia de aprendizaje. Los teléfonos móviles, PDA, Pocket PC e Internet
pueden ser usados para comprometer y motivar a los alumnos, en cualquier
momento y en cualquier lugar". Sin embargo, como señala Traxler (2009: 13) “existen definiciones
y conceptualizaciones de la educación móvil que la definen puramente en
términos de sus tecnologías y del hardware, a saber, que es el aprendizaje
apoyado o entregado exclusiva o principalmente a través de tecnologías móviles
o de mano, como asistentes digitales personales (PDA), teléfonos inteligentes u
ordenadores inalámbricos portátiles. Estas definiciones, sin embargo, están
limitadas, por la tecnología, desvinculándola de las instancias tecnológicas
actuales. Por lo tanto, deben buscarse o explorarse otras definiciones que tal
vez tengan en cuenta la experiencia subyacente del alumno y que se pregunten
cómo el aprendizaje móvil se diferencia de otras formas de educación,
especialmente de otras formas de e-learning”. Por el contrario, en el enfoque
de la m-educación subyace una conceptualización de aprendizaje móvil en
términos de experiencias de los alumnos en la que se pone el énfasis en la apropiación,
la informalidad, la movilidad, y el contexto que siempre es inaccesible en las
definiciones convencionales de e-learning.
Sin lugar a dudas,
podemos decir que la gran aportación de las m-tecnologías es la posibilidad de
versatilidad en el acceso a los contenidos, a la información pero la gran
cuestión es si estas tecnologías están contribuyendo a la versatilidad
pedagógica. Según Ally (2009: 2) “el aprendizaje móvil a través del uso de la
tecnología móvil inalámbrica permite a cualquier persona acceder a la
información y los materiales de aprendizaje desde cualquier lugar y en
cualquier momento. Como resultado, los estudiantes tienen el control de cuando
quieren aprender y de la ubicación desde la que quieren aprender (….) .Los
estudiantes no tendrán que esperar un cierto tiempo para aprender o ir a un
lugar determinado para aprender”. Nos encontramos frente a lo que algunos
autores han denominado una nueva ecología del aprendizaje y de oportunidades
sociales (Dutton, 2011). La cuestión está, una vez más, como ocurrió con la
aparición de la TV o de los ordenadores en ver si los sistemas educativos
sabrán utilizarlas.
Sin lugar a dudas, un
beneficio obvio es que el aprendizaje con apoyo móvil puede tener lugar en
muchos y diferentes lugares. Lo más importante es, como apuntan Atteweel et al
(2010: 26), que la tecnología móvil "ofrece a los alumnos opciones para elegir
y la posibilidad de apropiarse de su aprendizaje que con una buena
planificación (…) Las tecnologías móviles pueden alentar creatividad y la
innovación tanto pora los alumnos como para los
profesores". También pueden proporcionar "un ambiente seguro,
privado y sin prejuicios para que los alumnos pongan en práctica ideas y para
cometer errores que le permitan avanzar". Esto permite apuntar soluciones
reales de los problemas del mundo, el fomento del desarrollo de ideas complejas
y la transferencia de conocimientos". Claro que, como han puesto de
manifiesto (Cobos y Moravec, 2011), esto son sólo posibilidades y depende del
uso que se haga de ellas y de la calidad de los contextos de uso.
Estas tecnologías
permiten la personalización Vs a los aprendizajes uniformes de la enseñanza
tradicional (Collins y Halverson, 2011). En la estructura de la enseñanza
tradicional se encuentra profundamente arraigado un concepto de producción en
masa y de un aprendizaje uniforme. Esta creencia establece que todos deben
aprender las mismas cosas al mismo tiempo. Pero, una de las grandes ventajas de
las m-learning es la personalización que permite responder a intereses
particulares y a las dificultades que los alumnos tienen proporcionando
contenidos en cualquier tema de interés.
Por otro lado, Geddes
(2004) señala cuatro grandes ventajas del m-learning: el acceso, el contexto,
la colaboración y lo atractivo que resultan. Armastas et al. (2005: 29) y Attewell (2005: 13-14) han tratado también de
identificar los beneficios educativos y las diversas posibilidades de las
tecnologías móviles en educación. Entre estas ventajas incluyen la entrega de
materiales y tareas multimedia interactivas, la posibilidad de la colaboración
independiente y de crear experiencias de aprendizaje, el incentivo para que los
estudiantes participen activamente en conferencias que ayudan a los estudiantes
a permanecer más centrados durante más tiempo. Las tecnologías móviles como las
PDAs, el GPS, los teléfonos inteligentes, los móviles 3 G (incluidas las iPads
y los iPhones) permiten también a los estudiantes conectarse con los
investigadores de sus áreas de conocimiento y pueden hacer más accesibles los
datos de campo.
La evolución de la
tecnología móvil sugiere que los recursos pueden ser entregados a los alumnos
en cualquier lugar y en cualquier momento (Anderson y Blackwood, 2004). Como
resultado de ello, ya hay cambios en los principios de diseño de los nuevos
espacios de aprendizaje. Por ejemplo, Alexander (2006) ha sostenido que los
educadores anteriormente estaban preocupados por diseñar las bibliotecas como
espacios de aprendizaje, en el futuro, tienen que diseñar el aprendizaje para
cualquier espacio. Estos enfoques no son contradictorios sino que requieren un
punto de partida diferente. Si Alexander lleva razón entonces " la
versatilidad de los académicos puede tener que aumentar para proporcionar más
recursos de aprendizaje portátil. Es posible que tengamos que trabajar con
proveedores de tecnología móvil, proveedores de recursos de aprendizaje, bibliotecas
y tecnólogos del aprendizaje. Tenemos que crear futuros que aprovechar las
oportunidades de aprendizaje para localizar espacios y lugares de aprendizaje
accesibles, atractivos y emocionantes para todos.
El podcasting[4]
es un excelente ejemplo de una tecnología emergente que puede aumentar nuestra
versatilidad pedagógica. Los podcasts proporcionan servicios de correo
electrónico y un blog para que cualquier oyente pueda contactar y responder las
preguntas. Mucho se ha escrito sobre el potencial de los podcasts pero todavía
no suficiente de cómo los alumnos participen con ellos y sobre cómo influyen en
su aprendizaje. Un ejemplo es el de Chan y Lee (2005) en el que aportan pruebas
de como cinco minutos de programas de audio centrado en el estudiante pueden
abordar los prejuicios y ansiedades sobre temas y actividades de aprendizaje.
Este ejemplo aislado debe ser asociado con la realización en 2007 del IMPALA
(Informal Mobile Podcasting And Learning Adaptation) una importante institución
de estudio transversal sobre el podcasting en la enseñanza superior dirigido
por la Universidad de Leicester y financiado por la Academia de Educación
Superior.
Si bien la disponibilidad y el uso de tecnologías de m-learning
aportan unas claras ventajas, las perspectivas críticas sobre el uso de estas
tecnologías desde la práctica educativa no han sido aún tenidas en cuenta. Esto
no significa que estas TIC no son valiosas, sino más bien que su uso no es
suficientemente reflexivo todavía. Una vez más se podría afirmar que el uso es
impulsado por la tecnología más que por razones pedagógicas. Sin embargo, como
hemos apuntado, hay pruebas de que los beneficios educativos son reales y
deberían ser explorados en mayor profundidad. Sostenemos que si la tecnología
está cambiando el futuro del trabajo y la vida, las instituciones educativas
también deben ser versátiles para reflejar la evolución de los contextos de
aprendizaje. Por tanto, necesitamos descubrir la forma de aplicar estas
tecnologías emergentes de manera pedagógica. Poner a prueba la versatilidad de
estas tecnologías en la práctica docente es una de las tareas pendientes en la
docencia y en la investigación para conseguir un adecuado aprovechamiento de
los últimos avances tecnológicos relacionados con las TIC. En palabras de Cobo
y Moravec (2010: 29): “la adopción de este modelo [de aprendizaje invisible] demanda una serie de
transformaciones y una alta flexibilidad, ya que se requiere un cambio en las
herramientas, las pedagogías y las prácticas, todo ello con miras a formar a
estudiantes nómadas (que mañana serán expertos adaptables)”. Para ello, en primer lugar, éstas deben ser incorporadas a la
actividad docente como un elemento que favorezca el desarrollo de modalidades
innovadoras para una mejor adaptación de las instituciones educativas a las
necesidades de cada estudiante.
Existe cierta investigación para orientar la evaluación y los
métodos de ejecución pero es aún insuficiente. Baldwin-Evans (2006: 157-163)
identifica varios pasos en la aplicación de nuevas estrategias de aprendizaje.
Las medidas incluyen: garantizar la disposición de los alumnos (incluir
sesiones de orientación), ganar la atención de los alumnos (incluir un resumen
de los objetivos de aprendizaje y la estimulación del aprendizaje previo),
dando a los estudiantes oportunidades de aprendizaje experimental; ofreciendo a
los estudiantes oportunidades para experimentar y consolidar el aprendizaje
(estudios de casos, juegos de rol, simulaciones, autoevaluación); garantizar
una buena evaluación de los mecanismos de retroalimentación a los estudiantes,
proporcionando apoyo y asistencia para ampliar el aprendizaje (preguntas
frecuentes, mentores o coaching por pares) y permitir oportunidades para la
colaboración con otros.
La brecha entre la tecnología y la pedagogía
El vertiginoso avance
de las tecnologías impregnan la práctica totalidad de. En esta nueva sociedad que aún está emergiendo las tecnologías se
han convertido en algo ineludible que están transformando la práctica totalidad
de las actividades cotidianas que desarrolla el ser humano. Si miramos
retrospectivamente, cada nueva tecnología que ha aparecido en la sociedad ha
sido probada y utilizada en educación. Sin embargo, el tiempo que suele
transcurrir desde su aparición hasta su utilización educativa es sustancial.
En este apartado
sostenemos que mientras el vertiginoso avance de este fenómeno impregna la
práctica totalidad de las actividades cotidianas y está cambiando los
paradigmas socioeconómicos, la forma de trabajar, la forma de comunicarnos, la
forma de acceder a la información, el futuro del trabajo y la vida social más
allá de los que somos capaces de reconocer en nuestras vidas, en el ámbito
educativo su incorporación es lenta. Por ejemplo, mientra que en la sociedad ya
se camina en la Web 3.0. en educación aún se trabaja por conseguir la escuela
2.0. Debemos ser conscientes de la enorme inercia que sufre la educación 1.0. Son pocos los indicios existentes que nos
permitan afirmar que la educación está evolucionando hacia el paradigma 3.0. y
que eN las escuelas 1.0. no se puede enseñar a estudiantes 3.0.
El avance del desarrollo tecnológico es un hecho sin discusión pero su integración real en las aulas no
es un hecho resuelto en términos generales. Tenemos que reestructurar nuestros
sistemas educativos para poder satisfacer las necesidades de la sociedad
moderna y del futuro ¿Pero por qué no evolucionan al mismo ritmo? Entre otras muchas razones algunas que nos parecen obvias son las
siguientes. En primer lugar, las TIC no nacen el en contexto educativo sino que
es diseñado con fines comerciales en lugar de uso educativo. En segundo lugar,
se la inversión para el desarrollo de la aplicación pedagógica de las
tecnologías es mucho menor que el que se utilizar para su propia creación. Así
pues, lo que suele hacer el sistema educativo es una adaptación de las
posibilidades tecnológicas de la herramienta al uso pedagógico de la misma.
Otra de las explicaciones es que muchas de las actuales generaciones de
profesores no han aprendido a través de la tecnología por lo las prácticas
didácticas se desarrollan lentamente y en la teoría casi nada. Por último, un
punto clave es el hecho de que las tecnologías cambian rápidamente en
comparación con anteriores tecnologías también aplicadas a la educación. Esto
tiene varias consecuencias como que los profesores no tienen tiempo para
aprender de la experiencia y tienen dificultad para mantenerse al día por lo
que pueden sentirse reacios a invertir tiempo y esfuerzo en las últimas
tecnologías. Este continuo cambio puede dar lugar a "la alienación de las
TIC y provocar ansiedad" en algunos profesores.
Como consecuencia, la utilización pedagógica de las herramientas
tecnológicas suele estar sin explorar en gran parte (Selwyn, 2007). Como ha
puesto de manifiesto este autor, la tecnología como herramienta pedagógica está
infrautilizada y en muchos casos sigue estando sin explotar Es decir, la
aplicación didáctica suele ir a remolque de los desarrollos tecnológicos. En
muchos otros casos lo que se hace es una transmisión tecnológica de las
aplicaciones a la educación lo que conlleva que en muchos casos, sigan estando
presenten los modelos tradicionales de enseñanza sin modificar nada en el
proceso ni desde luego pensar en las finalidades de la incorporación de nuevas herramientas.
No vamos a profundizar en este momento en lo que significa este hecho
(Rodríguez Izquierdo, 2010, 2011). En cualquier caso, el diagnóstico en el que
se encuentra la implantación de las tecnologías emergentes en educación dista
mucho de ser unánime. Las respuestas desde la literatura a las preguntas que
nos hacíamos en este apartado son contradictorias. Por una parte, hay autores
que piensan que nos encontramos en una fase de “fijación técnica” donde se pone
una fe infalible el uso tecnológico de las herramientas.
No podemos estar ajenos de donde estamos hoy y hacia donde
van las tecnologías a nivel social y dónde están las tecnologías en su
aplicación pedagógica a nivel educativo. Sin necesidades de grandes análisis
inmediatamente observamos que las tecnologías emergentes ni surgen ni se
aplican directamente con sentido pedagógico a los procesos educativos. Más
bien, existe una brecha (la desconexión digital) importante en el desarrollo
tecnológico entre las innovaciones tecnológicas y las innovaciones pedagógicas
que se derivan de las mismas como puso de manifiesto la investigación de Luckin et al. (2009).
Además, las
evidencias indican que aunque la
tecnología es pieza clave en la sociedad actual pero no es la solución mágica a
los problemas educativos (OCDE, 2010). No se puede ignorar que Estados Unidos,
el país mas “desarrollado” del mundo en las tecnologías de la información y de
la comunicación, el multimedia, el Internet, etc., tienen un nivel de
instrucción especialmente deplorable según un estudio de las Organización de
Cooperación y Desarrollo Económico. Lo que realmente importa es cómo se explota
creativamente y constructivamente la alineación de los elementos (Wiske, 2005;
Jonassen et al, 2008, Cuban, 2008,). El reto que tenemos por delante es
repensar cómo se produce la integración de las tecnologías en los procesos de
aprendizaje y docencia.
Mishra y
Koehler (2006) presentan un documento sobre "el conocimiento del contenido
pedagógico tecnológico” con esta cuestión. Parte del problema que argumentan es
que ha habido una tendencia a tener en cuenta sólo a la tecnología sin más y no
cómo se utiliza. El mero hecho de introducir la tecnología al proceso educativo
no es suficiente. Por tanto, es cada vez más evidente que nuestra principal
atención debería centrarse en estudiar la utilización pedagógica de la
tecnología.
Retos educativos
Nos deberíamos preguntar si cambia todo para quedarnos igual o si
las tecnologías emergentes constituyen una oportunidad para transformar la
docencia y
para optimizar la calidad y los procesos de aprendizaje de los estudiantes. Estas son preguntas que los educadores nos hacemos a diario al
ver el uso masivo de Internet, el crecimiento de la banda ancha, de la
telefonía móvil, etc., recursos tecnológicos que nuestros alumnos, cada vez
más, desde la escuela primaria hasta la universidad utilizan a diario. En definitiva, sabemos que las TICs por si
mismas no mejoraran la enseñanza. Por tanto, puede que nos dejemos seducir por
la vistosidad de la nueva parafernalia técnica, pero si todo queda ahí no
habremos avanzado mucho. Los retos
pedagógicos que surgen de la incorporación de las tecnologías emergentes son
múltiples. Aquí nos limitaremos a nombrar tan solo algunos aquellos que nos
parecen más relevantes de entre todos los que se apuntan en la literatura al
respecto:
En primer lugar, Collins y Halverson (2011), proponen empezar a
repensar la educación más allá de la escolarización. La escolarización
universal nos llevó a identificar el aprendizaje con la escuela, pero ahora esa
identificación se está viniendo abajo. Las TIC crean nuevas oportunidades de
aprendizaje que retan el papel tradicional de la escuela y de la universidad.
Estos nuevos nichos de aprendizaje permiten a las personas de todas las edades
seguir aprendiendo en sus propios términos. Las nuevas tecnologías m-learning
hacen posibles nuevos nichos de aprendizaje que permiten a las personas de
todas las edades seguir aprendiendo en sus propios términos.
En segundo
lugar, el reto de la versatilidad pedagógica y la interactividad. Todo
dependerá del tipo de pedagogía que las TIC utilicen. Como docentes tenemos que
plantearnos estrategias educativas adaptadas a este nuevo entorno. Lo que más
importa son las estrategias educativas para el uso de la tecnología, las
estrategias que pueden influir en el alumno y en su modo de aprender e
interesarse por el conocimiento y la construcción del mismo. Si avanzamos en la
dirección equivocada la tecnología per se no ayuda a llegar al lugar correcto.
Esta versatilidad pasa
por varias transformaciones como el cambio del contenido de las tareas del
profesorado. No se trata de que el profesorado actúe con las mismas coordenadas
que utilizaba en la enseñanza tradicional, ni siquiera adaptar lo que hacía a
un nuevo entorno de aprendizaje mediado por las TIC. Hay que tomar conciencia
de que si se interviene en un sistema distinto, donde los estudiantes
interacciones en un nuevo espacio, los materiales son accesibles y el entorno
es flexible, el profesorado debe actuar de acuerdo con esta nueva realidad. La
tecnología, a veces, no será tan importante como una serie de cuestiones tales
como las tareas de aprendizaje, las características del alumnado, la motivación
del estudiante y del profesor. Como apuntan Collins y Halverson (2011), la
pedagogía de la era actual está evolucionando hacia la dependencia de la
interacción. A veces esto implica la interacción con un ambiente rico en
tecnología, como un tutor o un juego de ordenador en la web y, a veces con
otras personas por medio de una red informática.
Por tanto, los cambios más profundos que se nos están demandando
no son solamente tecnológicos, sino más bien de mentalidad, de cultura y
actitudinales. El profesor deja de ser el único experto en un contexto donde
existen diversas fuentes de conocimiento. En el ámbito del aprendizaje, esto
significa que todos nos convertimos en coaprendices y también en coeducadores, como resultado de la construcción y
aplicación colectiva de nuevos conocimientos (Cobos y Moravec, 2010). De ahí la dificultad de producir
cambios instantáneos en la educación. En
el terreno educativo no se trata meramente de un cambio de instrumentos, sino
ante todo de un cambio de mentalidad del profesorado, del alumnado, de las
organizaciones y un cambio de paradigma pedagógico. Un aspecto a tener en
cuenta en el futuro es que el solo uso de las TIC no es suficiente para marcar
un cambio en el aprendizaje de contenidos, sin tomar en consideración los
diferentes factores que inciden sobre el individuo en una situación educativa. Desde mi punto de vista, ése es el gran
reto que la enseñanza deberá asumir en la próxima década.
En tercer lugar, es
preciso superar la trampa de la subordinación de la pedagogía a la tecnología. Puede ocurrir que por una prisa frenética por
aplicar los nuevos modos de enseñar, los cómos, nos olvidamos de los para
qué, de los fines educativos, que se ven igualmente afectados por las
tecnologías. Es hora de pensar los para qué de las utilización de estas
nuevas tecnologías justo en un momento donde tenemos cada vez más los cómos. Modificar el
significado que tradicionalmente se ha atribuido a la docencia. Lograr una
rotación del punto de gravedad: que de estar apoyado en la función “enseñanza”
pase a hacerlo en la función “aprendizaje. Desmitificar el secreto que rodea la utilización de estas
tecnologías así como diseñar políticas y seguir investigando sobre utilización
pedagógica es una exigencia imperiosa en este momento histórico. Ahora bien, en
cualquier caso, estas nuevas tecnologías hay que utilizarlas sobre todo en
combinación con las formas clásicas de
la educación y no como un procedimiento de sustitución, autónomo
respecto de éstas.
En definitiva,
el reto no es la tecnología, el reto es la pedagogía. Es decir, se incorporan nuevas tecnologías
de la información y comunicación al aula, pero son utilizadas bajo un modelo
pedagógico tradicional y obsoleto (Watson, 2001). No es posible el uso de
tecnologías emergentes sin un concepto de educación también emergente, en una
sociedad emergente donde se nos existe repensar qué está pasando en el sistema
educativo y en los procesos de aprendizaje que requieren estas tecnologías. Lo
que no puede seguir sucediendo es que la tecnología (r)evoluciona la sociedad perno no transforma la educación
porque estamos abriendo una nueva brecha. Junto
a todos estos vertiginosos y complejos cambios sociales, si analizamos la
escuela podemos ver que básicamente ha cambiado muy poco. Como afirman
Brighouse y Woods (2001) tenemos “Alumnos del siglo XXI enseñados por
profesionales del siglo XX en aulas del siglo XVIII”. Se sigue
considerando como elemento básico de referencia un profesor o profesora con un
grupo, al que tiene que trasladar una serie de conocimientos con metodologías
más o menos activas; contenidos determinados por nivel que se pueden
flexibilizar más o menos en función de las características individuales o del
contexto del centro, y cuyo nivel de asimilación se comprueba en las diferentes
evaluaciones, donde el alumno tiene que “volcar” todo lo que ha retenido,
memorizado y en el mejor de los casos construido.
Aunque para que la escuela actual proporcione dichas capacidades a
todo el alumnado tiene
que transformarse inventando nuevas estructuras y que, para ello, es urgente
revisar en profundidad las funciones y las responsabilidades que se le
atribuyen actualmente en la educación formal. Implica, en suma, aceptar la
necesidad de un cambio profundo en educación -incluida la educación formal- no
sólo respecto a qué se enseña, sino
también a cómo se enseña, dónde se enseña (Owens y Wang, 1997) y,
muy especialmente, para qué se
enseña.
A modo de
conclusión
El campo de las
tecnologías emergentes y sus retos educativos, a pesar de la existencia de
algunos trabajos, sigue siendo un campo relativamente inmaduro. En este trabajo
se ha tratado de definir las preguntas de discusión en lugar de dar respuesta a
lo que de hecho podría ser aún prematuro. El cambio educativo es
complejo y se lleva a cabo dentro del complejo ecosistema existente en el que
influyen políticas y programas nacionales, el apoyo de las comunidades locales,
la especificidad de cada institución educativa y la inagotable diversidad de
los educadores y los alumnos individuales.
Muchos estudios
sugieren que la tecnología en las escuelas no conduce por sí mismas a los
cambios en los resultados de aprendizaje (Dynarski et al., 2007). En primer
lugar, tener tecnología disponible no
significa que los educadores la utilicen o lo hagan de manera significativa
integrándola en la enseñanza y el aprendizaje (Cuba, Kirkpatrick y Peck, 2001;
Russell et al, 2003). En segundo lugar, un importante cuerpo de investigaciones
muestra cómo el uso de la tecnología puede determinar si afecta o no los
resultados del aprendizaje (Wenglinsky, 2005). Tercero, la investigación se
centra en que los educadores y sus prácticas de enseñanza son un factor clave
para influir en los resultados del aprendizaje (Darling-Hammond, 2010). Así,
las tecnologías emergentes pueden ser utilizadas para promover la motivación de
los estudiantes pero cuando se continúa haciendo lo mismo, la motivación vuelve
a disminuir. Esto no significa que las TIC no son valiosas, sino más bien que
el uso de estas tecnologías no es aún reflexivo. Aún a día de hoy, el uso de
las TIC es impulsado por la tecnología misma y sus desarrollos, más que por
razones pedagógicas. Sin embargo hay pruebas de que los beneficios educativos
son reales y deberán ser explorados. Ahora la bola está en nuestra cancha.
Tenemos que crear futuros para aprovechar las oportunidades de aprendizaje y
para localizar espacios y lugares de aprendizaje accesibles, atractivos y
emocionantes para todos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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[1] Pueden
visitar este sitio en http://www.nmc.org/horizon/ (en inglés).
Los informes del consorcio Horizonte se consideran en
todo el mundo como la fuente más oportuna y fidedigna de información sobre
tecnologías emergentes a disposición de la educación en cualquier lugar.
[2] El New Media Consortium (NMC) es un consorcio de
organizaciones educativas internacionales sin fines de lucro, dedicadas a la
exploración y utilización de nuevos medios y nuevas tecnologías. Entre el
ciento de instituciones miembro se encuentras las universidades de elite más
respetadas en el mundo, así como los principales museos, centros de
investigación fundamental, y algunos de la mayoría de las empresas del mundo
con visión de futuro. Durante más de 15 años, el consorcio y sus miembros se
han dedicado a explorar y desarrollar las aplicaciones potenciales de las
tecnologías emergentes para el aprendizaje, la investigación y la investigación
creativa. Para más información, véase http://www.nmc.org
[3] Merece la pena destacar en este sentido
el proyecto M-learning y todo el desarrollo que está teniendo que se
puede consultar para más información en http://www.m-learning.org.
[4] Podcasting es un término usado para
describir un grupo de tecnologías para la distribución de contenido de audio o
video a través de Internet.